Los niños son como pequeñas esponjas con ganas de empaparse de toda clase de conocimientos. Este es uno de los motivos por los que debemos aprovechar ahora para fomentar sobre ellos una vida sana y activa. Estos son algunos consejos para introducir hábitos saludables a los más pequeños de la casa. Porque un niño que se sepa cuidar se convertirá en un adulto sano.
El espejo en el que se reflejan los niños
Los padres somos el mejor espejo en el que los niños pueden reflejarse. Está demostrado que los pequeños se basan en los actos de los mayores para coger ejemplo. Por este motivo, si quieres que tu hijo siga una vida sana y activa, tú debes ser su primer estímulo.
Para ello, es importante que:
La alimentación sana en la familia: apuesta por una dieta equilibrada y lo más variada posible. En ella, los principales protagonistas han de ser las frutas y las verduras por encima de la comida rápida y las golosinas. Enseña a tus hijos que un buen desayuno es fundamental para empezar el día. Cocina con ellos y así, no tendrán que recurrir a la comida a domicilio en el futuro.
Los horarios: la rutina es necesaria en la vida de las personas. Si los niños se acostumbran a tener un horario para comer, para hacer sus tareas, para jugar y para dormir, se convertirán en adultos responsables y puntuales.
La higiene: la higiene también es otro de esos hábitos saludables para una vida sana. Por ejemplo, que tus hijos vean cómo te lavas las manos antes de comer y te limpias los dientes después de cada comida.
El deporte: haz ejercicio físico con tus hijos. Empieza por jugar con ellos a aquello que más les gusta (fútbol, baloncesto, andar en bici, patinar…) Procura que ellos también te vean hacer deporte de manera regular e invítales a realizar excursiones al aire libre. Si los padres son activos, los hijos por imitación también lo serán.
El descanso: promueve la relajación como parte de la rutina de los niños. El descanso es parte fundamental de una vida sana.
La importancia del deporte como base para una vida sana y activa.
Uno de los pilares básicos contra la obesidad infantil es la práctica regular de ejercicio físico. El deporte no solo ayuda a tener buena salud, también promueve la relajación y el buen descanso, así como mejora las relaciones sociales y el trabajo en equipo.
El ejercicio físico refuerza la autoestima de los pequeños, así que si tu hijo practica algún deporte acude a verle en sus partidos, competiciones y/o entrenamientos. Que vea que le apoyas y que estás orgulloso de él. Da un ejemplo positivo defendiendo la deportividad y apóyale emocionalmente en sus derrotas.
En esta ocasión, vamos a hacer una especial mención a los beneficios de las artes marciales para niños. Disciplinas que canalizan la energía, estimulan la atención, favorecen la concentración, al tiempo que enseñan disciplina y respeto. Valores todos ellos importantes para aprender a llevar una vida sana y activa desde pequeños.
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